24 noviembre 2011

Las gafas de sol.

Las gafas de sol tienen su origen en torno al siglo XII en China. Fue el primer lugar donde se desarrolló una tecnología para ahumar los cristales de cuarzo con el objetivo de oscurecerlos.
Estos cristales eran usados por los jueces chinos y no tenían como principal objetivo la corrección de la vista, ni tampoco para protegerse de la luz solar. El verdadero fin de las primeras gafas de sol era el de ocultar la expresión del ojo durante los juicios con el fin de ocultar cualquier evidencia sobre el veredicto final que únicamente se daría al finalizar el juicio.
Las gafas correctoras fueron introducidas en China provenientes de Italia en 1430, y al igual que los cristales de cuarzo, este tipo de gafas también fueron ahumadas para su uso, fundamentalmente por los jueces. Para encontrar las primeras gafas tintadas en occidente tenemos que avanzar a 1752. James Ayscough comenzó a experimentar con lentes tintadas de colores azules y verdes. Su objetivo tampoco era el de evitar el resplandor del sol, si no que creía que tintando de determinados colores las lentes podría mejorar algunos problemas de la vista.

Desde finales del siglo XIX hasta comienzos del siglo XX se extendió su uso como prescripción para personas con sífilis, al ser la sensibilidad a la luz uno de sus síntomas. También a comienzos del siglo XX se popularizó su uso entre famosos de la época, pero su precio aún era prohibitivo para la gran mayoría.
El uso común de las gafas de sol no llegó hasta que en 1929 Sam Foster al frente de Foster Grant Company comenzó la producción y distribución masiva de gafas de sol a un precio asequible en Atlantic City, extendiéndose rápido por el resto de Estados Unidos y del mundo.

He elegido el invento de las gafas de sol porque nunca había pensado en cómo ni cuando se habían inventado. Me parece algo interesante y algo que nunca habría imaginado.

10 noviembre 2011

1893. Las mujeres obtienen el derecho al voto



La revolución democrática está todavía en marcha. Las mujeres conquistaron el derecho al voto primero en Nueva Zelanda, en 1893, y muchas naciones siguieron el ejemplo. Entre éstas se cuentan Australia, en 1894, Noruega, en 1907, y Rusia en 1917. Las mujeres inglesas mayores de 30 años ganaron el derecho a sufragar en 1918; la edad disminuyó hasta los 21 años en 1929.
Las mujeres estadounidenses lograron este derecho también en 1918, aunque algunos estados aprobaron el voto femenino antes. Francia llegó relativamente tarde a la fiesta, garantizando el voto de la mujer en 1944. Y en Suiza las mujeres ganaron el derecho al sufragio sólo en 1971.
El derecho al voto es en sí mismo importante. Pero este período, no mayor que un siglo, fue testigo de una rápida expansión, generación tras generación, del papel de la mujer y de su condición en muchas sociedades de todo el mundo. En las naciones industrializadas de Occidente, en especial, las mujeres escogieron profesiones anteriormente reservadas a los hombres y se distinguieron en la ciencia, la medicina, la abogacía y el periodismo, entre muchas otras ocupaciones. Las mujeres concursaron y ganaron cargos provistos por elección.
Importantes democracias como Inglaterra, Pakistán, la India e Israel tuvieron primeros ministros de sexo femenino en la segunda mitad del siglo veinte. En otras naciones, en particular en algunas regiones del mundo musulmán, las mujeres comenzaban a luchar por mayores libertades en los albores del siglo veintiuno.

Este acontecimiento me parece muy importante en la historia, ya que es un gran avance del papel de la mujer, que ha sido subordinada muchos años. Esto demuestra que vale igual que cualquiera, y que se merece la igualdad.